Era un lunes frio, el que hubiese sido el 25 aniversario y decidí ir a celebrarlo a Donosti. Fue una tarde agradable de paseo y aunque invernal, llena de luz y de gente. Fue una tarde tremendamente positiva, vencí un miedo que me acompañaba desde el pasado verano y tuvo su recompensa, algo que todavía me hace estar en una nube y el tiempo sera el encargado de situarlo donde deba estar.
Parece que es un año de cambios.
La Sala de los Ecos
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La nave flotaba en un silencio profundo. En su interior se abrió un espacio
distinto, como si los muros se hubiesen disuelto y se filtrase un aire
nuevo. E...
Hace 2 meses
