Lugar en el que con breves pinceladas de sentimientos y de fotos intento transmitir mis distintos estados de ánimo.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Ya he cumplido un año

Sí, ya he cumplido un año. En su día no tenía mucha confianza, todo empezó por unas ganas enormes de cambiar mi vida, ha sido un año muy duro para mí y los que me rodeaban y todo se ha superado. Ahora ha llegado la calma y desde ella habrá que plantearse un blog más serio, ya que esto engancha, te ayuda a conocer a otras personas de las cuales aprendes no por contacto sino por ver lo que hacen. Realmente es interesante y ello te obliga a superarte, a ser algo más coherente con lo que haces, y creo, que poco a poco vas encontrando el camino a seguir.
Intentaré continuar otro año más, pero requiere tiempo y esfuerzo, no obstante satisface saber que hay gente al otro lado que sigue tu trayectoria y tú sigues la de ell@s. Te enganchas a personas que no conoces de nada, tan lejanas físicamente, pero tan próximas gracias a la red que eso hace que sigamos aquí. A tod@s ell@s gracias por estar aquí.

Empiñonadas

Tras varios días de recogida de piñones, horas para pelarlos y pensamientos sobre su utilidad decidí hacer lo más dulce; pensaba que era una receta rápida y sencilla, yo no tengo experiencia en repostería, porque quitando el infalible bizcocho de yogur y un tiramisú que quita el sombrero, no había hecho nunca un dulce, y menos aún meterme con una receta de mazapán; pues bien el resultado en cuanto a sabor fue satisfactorio, la presencia no estaba del todo mal, la cocción creo que me pasé un pelín; no obstante le hemos dado salida y no queda ni una. La gente ha quedado satisfecha y eso me anima a mejorarlas para la próxima vez, más aún sabiendo en qué consiste el amasamiento de los ingredientes, cosa que desconocía y de la cual obtuve unas ligeras agujetas en los brazos, además ello me llevó a perder una hora de playa, que tras un verano un poco complicado no podía haber disfrutado de ella, y ya terminando el verano necesitaba hacer una visita al mar.
Pués bien, salí un poco más tarde de lo planeado de casa, pero llegué a mi destino, Hendaya, con buena hora para no quemar mi cuerpo al sol (5 de la tarde), un día agradable en cuanto a temperatura y poquísima gente en la playa. Todo redondo, con sus tres baños en las aguas cantábricas y tras algo más de dos horas reposando en la playa decidí hacer el paseo por arriba de los acantilados, entre verde cantábrico, suave brisa y el fondo del castillo de Ant. D'Abbadie, un paraje idílico, casi solitario, con sus pastos suaves que incitan a tumbarse para contemplar con su aroma a heno el azul del cielo de la costa vasca. Un deleite que carga las pilas para continuar la semana, todo esto transcurrió la pasada tarde del lunes, hoy, ya sábado, veo que mereció la pena.
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