Domingo de nieblas

Después de varios días con anticiclón, el pasado domingo amaneció brumoso, triste, y sentí la gran necesidad de salir de mi agujero, de mi madriguera en busca de la luz. Tomé la carretera dirección Logroño, sin rumbo, en búsqueda; quería huir y olvidarme, al sobrepasar Zizur Mayor me salí en dirección Galar, lugar que no había visitado desde hace muchos años y no sé por qué motivo mi intuición me llevó hacia allí, no encontré lo que iba buscando, pero sí que pude observar un paisaje humeante de niebla, misterioso, intenté hacer una toma de los campos yermos y la carretera con esas cortinas de niebla serpenteantes, pero la luz y mi poca experiencia no consiguieron el objetivo; no obstante al llegar al pueblo casi desierto empezaron a aparecer algunos rayos de sol y al llegar a la iglesia me encontré con este ejemplar que se levantó a saludarme, parece ser que estaba esperando a alguien que estaba en misa, al ver que yo no le hacía ningún caso se sentó a la entrada y posó para mí, con esa mirada en el infinito al igual que mis pensamientos en estos días de clima tan triste, cuando parecía que los árboles comenzaban a brotar y esperaba una hermosa primavera, el clima a declinado a un invierno lluvioso y escaso de luz.