Domingo de septiembre temprano paseando en soledad por los bosques de Quinto Real a la caza y captura de sentimientos, invadido por mi soledad y acompañado por los tenues sonidos del bosque casi otoñal topo con las lacrimeantes dedaleras que me acompañan en el sentimiento, hablándonos en el mismo lenguaje lacrimero dejando paso a la nueva etapa de nuestras vidas, llena de profundos e inquietantes y espectantes; sí, todos sentimientos de amor puro concentrados en el momento hacen que se derrumbe y que la vida torne otro camino, camino doloroso, pero elegido conscientemente. Siempre, profundos e intensos sentimiento de amor llegando a su otoño a reposar en las húmedas tierras para explotar con fuerza en la próxima y anhelante primavera.