Ayer por la tarde, y tras cerca de dos años, me ví en la necesidad de volver a un lugar en el que pasé muchas horas de felicidad e incluso algunas no tan felices; lugar que con mi esfuerzo y el gran esfuerzo de otras manos fuimos dándole forma y vida hasta convertirlo en casi un paraíso.
Ayer por la tarde, sí, fue ayer cuando pude constatar el abandono, la soledad y el vacío que se respiraba en aquel lugar donde mis hijos disfrutaban siendo unos niños, y, yo con ellos viéndolos disfrutar a pesar de los sudores que padecí en él con ilusión los primeros años y con cierta desesperación y amargura en los últimos.
Tenía ganas de volver y recordar, pero incluso mi hijo que estaba conmigo recibió la misma sensación y lo que podía haber sido un viaje para los recuerdos se convirtió en una visita rápida y obligada, en la que ninguno de los dos dabamos crédito a lo que teníamos ante nuestros ojos y bajo nuestros piés. Se convirtió en algo ligeramente amargo..............
En busca de la ignorancia
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Definimos como ignorancia la falta de sabiduría, es decir, no saber,
carecer de conocimiento sobre algo concreto o sobre un todo. Y establecemos
grado...
Hace 7 años