Hacía tiempo que no publicaba nada en el blog, creo que por temor a sacar alguna historia que a pesar de ser muy agradable y maravillosa pudiera no gustar a la otra parte que era partícipe de ella. Historia que se vio de alguna forma paralizada debido quién sabe a qué y por qué. Digo quién sabe, por decir algo, porque está muy claro que ambos sabemos quién lo decidió aunque el motivo yo sinceramente no tengo constancia de él.
Ha faltado claridad por la otra parte, ha faltado valor para decir cuál o cuáles han sido los motivos. Pero, hay algo claro y eso es que la historia no continúa. Se me cerró una puerta y he permanecido esperando a que se abriera sin darme cuenta que eso no depende de mí, sin darme cuenta que se abrieron muchas ventanas y quizá ahora corre más aire y se puede respirar mejor o, simplemente, hay mucho más que ver.
Soy paciente y he esperado. He estado herido y voy sanando, cicatrizando heridas, Ayer tarde nos vimos en el interior del edificio que queda a la izda de la imagen y veo que sigo sintiendo y mucho. Al salir del edificio, después de despedirnos vi un cielo maravilloso de atardecer otoñal y me puse rumbo hacia las ventanas abiertas tranquilo y sereno, feliz de saber que no depende de mí, seguro de mí mismo y con esa cara de alegría que me invadía seguí caminando por la ciudad disfrutando de todo lo que acontecía a mi alrededor.
Nuestra historia sólo la sabemos los dos y en tí está que la continuemos o no, pero yo veo que tú no quieres y yo debo continuar. Hay muchas imágenes que colgar en este medio, hay sentimientos que me gustaría volver a plasmar aquí libremente sin miedo a que la otra persona se sienta mal o incómoda por ello.